Desgranemos el tiempo, misericordioso de nosotros, y estreguémosle las palabras para que no vuelvan más, para que se esfumen en humo y cenizas. Y lamentar que ya pasó, que ya vivió, que todo se acaba.
Desgranemos el tiempo que nos queda como si fuera una pieza más del juego, rota, sucia, manoseada, estropeada, sin puntas, descolorida, perdida, inservible, y ella lo sabe. Desgranémosla, despedacémosla en mil suspiros como mil personas, mil raíces, mil hormigas ahogadas.
Destruyámoslo todo, los edificios, los espejos, los sueños, las cosas bellas también, para qué las quiero si ya no hay poesía en ellas.
Destruyámoslo todo y ya de paso, destruyámonos a nosotros mismos, destruyamos nuestras vidas que ya son agua, que ya son arena, destruyámoslas.
Sally Pan
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