Miércoles 9 de julio de 2014

Día agotador en el parque del agua.

Saltos, risas, juegos, como debe ser, y monitoras enchufadas a cafeteras, como es.

Y es que la edad es la edad y el sueño es el sueño 🙂

Pero hoy es un día especial por otra cosa. Hoy, después de darle vueltas y vueltas al asunto he llegado a una conclusión. A lo largo de mi existencia he tenido, como es lógico, un número de enemigos o personas con las que he tenido mis más y mis menos que no estoy segura de si calificar como «muchos» o «pocos». El asunto es que de todos estos solo uno a seguido conmigo durante un largo periodo de tiempo, haciendo X cosas desagradables que hacen los enemigos y que no tiene sentido nombrar. Todos lo que me conocéis sabéis de quien hablo, ella misma que lee mi blog sabe que hablo de ella. Eso no me incomoda, siempre puede dejar de leerlo si se siente aludida.
El asunto al que llevo dando vueltas es que me he percatado de que cuanto más feliz es, menos perjuicios me causa y eso es algo maravilloso. Todo el mundo desea que a sus enemigos les vaya mal en la vida, y yo digo, ¿no sería mejor desear que les fuera bien? Ésto es muy complicado porque si les va mejor que a ti pueden surgir envidias, así pues, no basta con desear el triunfo en su vida personal y profesional del enemigo sino uno mismo lograrlo, lograr lo que siempre busca el ser humano, ser feliz.

Me enorgullezco de decir aquí y ahora que «el éxito de mis enemigos supone mi libertad de sus ataduras», y así pues le deseo a esta persona toda la dicha del mundo en sus proyectos e ilusiones, que alcance la felicidad más absoluta, y lo deseo no de una forma totalmente altruista, he de admitirlo, sino un tanto egoísta ya que su felicidad permanente supondrá la mía propia.

<Sally Pan>